lunes, 22 de septiembre de 2008

EL FUZZ


Una pregunta interesante: ¿cuándo comenzó la asociación de ideas "guitarra eléctrica=ruido"? Al fin y al cabo, gente como Charlie Christian o T-Bone Walker, pioneros del instrumento, no hacían mucho más "ruido" con sus guitarras que una sección de vientos de una big-band - en realidad, se me ocurre que en cuanto a decibeles estaban en clara desventaja. Probablemente, cuándo no, la culpa fue de los Beatles, pero nadie pensó que en realidad el "ruido" lo hacía el público, por lo cual a los músicos no les quedaba otra que subir el volumen de sus amplificadores... Como fuera, hubo un momento en que los guitarristas se dieron cuenta de que un sonido "distorsionado" saliendo de los parlantes era particularmente efectivo, sobre todo cuando se trataba de interpretar un solo. Se atribuye a Eric Clapton el mérito de haber descubierto la combinación "Gibson Les Paul + Marshall al mango", para sacar un aullido como no se había escuchado antes - confiérase el álbum de los Bluesbreakers conocido como el "Beano". Poco más o menos por aquellos años, arriesgados experimentadores que se adentraban en el nuevo universo de los transistores inventaron unos aparatejos diabólicos que hacían que una guitarra sonara "sucia" y "eléctrica" cien por cien. Uno de estos aparatejos, tal vez el pedal de efectos más salvaje, primitivo y rudo jamás creado, sería conocido por el onomatopéyico nombre de "fuzz".

Fue la Gibson la empresa que dio el mal paso con el "Maestro", un pedal que, por increíble que parezca, en un principio estaba diseñado como un aditamento para las grabaciones... para los bajistas de jazz (!!?) (información suministrada por la revista "Guitarrista"). Desde luego, el riff de "Satisfaction" de los Stones le dio carta de identidad al fuzz. Es un sonido al borde de lo hiriente, de lo desagradable, ajeno a cualquier tipo de sutileza. Es quizás el Primer Gran Sonido distintivo del rock.


Mi experiencia con un fuzz (un DOD FX52, muy alabado por la "Guitar Player" en un artículo dedicado a la "distorsión") es relativamente reciente - siempre me simpatizó más el sonido más moderado y manejable del "overdrive", algo así como el lado "fino" de la distorsión. Desde luego, el fuzz es un pedal muy temperamental y no se anda con vueltas. No admite términos medios y no pacta con el músico. Se impone "de pesado" en el sonido de la guitarra. Las notas sonarán angulares, rechinantes.


Pero, amigos, qué sensación de PODER en la punta de los dedos, qué proyección del sonido que parece lanzarse directamente desde la cuerda a los tímpanos - casi como si se "salteara" el amplificador. Prueben sus riff de los sesenta favoritos: "You really got me" o "Sunshine of your love", por ejemplo y quedarán asombrados - uno casi se siente Dave Davies o el mismísimo Eric...


Hay una mitología que todos los guitarristas conocemos acerca de los "fuzz con transistores de germanio", supuestamente muy superiores a los "transistores de silicio". No sé hasta dónde hay que creer todo esto. Ciertamente, ningún pedal es una réplica exacta de sí mismo (un "clon") y es innegable que habrá sutiles diferencias incluso entre modelos idénticos de la misma marca. En definitiva, lo único aconsejable en estos casos es ver lo que hay disponible en plaza, lo que hay disponible en nuestras billeteras y salir a la búsqueda de ése fuzz que está allí esperándonos... para ayudarnos a hacer todo el ruido posible, desde luego.

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